Factores externos causales y factores de riesgo

¿Qué son?

Los factores externos causales considero que son los factores “externos” capaces de influir en las patologías crónicas de una manera desfavorable, al poder ser causa de su manifestación y persistencia, a traves de las alteraciones bioquímicas y microbiológicas con exceso de oxidación-inflamación, que producen.

Los genes responsables de las enfermedades se “ponen en marcha” y se “mantienen en marcha” debido a alteraciones bioquímicas y microbiológicas causadas por factores externos, que influyen en su expresión, inhibiéndolos y activándolos. Siendo estos factores decisivos en la evolución de la enfermedad.

Estos factores causales son especialmente los relacionados con los micronutrientes y tóxicos, y también con la alimentación, las radiaciones, la actividad física y el sueño, así como, con las actitudes y emociones.

Los factores causales son los auténticos culpables del inicio y la persistencia de las enfermedades (y de sus recidivas), y las personas afectadas no pueden mejorar, ni mucho menos curarse, si persisten las causas. Pero habitualmente no se tienen en cuenta al diagnosticar y tratar dichas enfermedades.

Los principales factores externos causales considero que son los siguientes:

  • Alimentación inadecuada.
  • Exceso de tóxicos.
  • Exceso de radiaciones.
  • Contaminación acústica.
  • Actividad física inadecuada.
  • Sueño no reparador.
  • Factores estresantes y emocionales.
  • Clima y factores climáticos.

Alimentación inadecuada

Los principales factores externos causales relacionados con la alimentación son el exceso de calorías, los procesados y cocinados de los alimentos y el inadecuado aporte de: alimentos proinflamatorios, micronutrientes básicos, otros nutrientes, fitoquímicos, enzimas digestivas y fibras prebióticas.

  • Alimentos proinflamatorios: azúcares refinados, leche de vaca, trigo, y los alimentos que los contienen.
  • Micronutrientes básicos: vitaminas, vitaminas en formas activas, minerales esenciales, colina, inositol, coenzima Q10, ácido lipoico, ácidos grasos omega 3 ALA, EPA y DHA, ácidos grasos omega 6 LA, GLA y AA, y aminoácidos esenciales y semiesenciales.
  • Otros nutrientes: azúcares, almidones, ácidos grasos saturados de cadena larga, ácidos grasos saturados de cadena media, ácidos grasos trans “buenos”, aminoácidos no esenciales, nucleótidos, carnitina, taurina…
  • Fitoquímicos, moléculas biológicamente activas de los vegetales que no son nutrientes: carotenoides (betacaroteno, luteína, licopeno, zeaxantina…), isoflavonas, bioflavonoides (quercetina, resveratrol, curcumina, silimarina…), fitoesteroles…
  • Enzimas digestivas, producidas por el sistema digestivo y aportadas por los alimentos: proteasas, lipasas, amilasas, celulasa, lactasa, maltasa, fitasa, sacarasa, diaminooxidasa (DAO), bromelina, papaína, actinidain…
  • Fibras prebióticas, alimento de las bacterias intestinales beneficiosas: fructooligosacáridos (FOS), galactooligosacáridos (GOS), pectinas…

Exceso de tóxicos

En la población occidental todos tenemos contaminantes en nuestro cuerpo (incluidos residuos plásticos) y todos orinamos contaminantes, porque convivimos con ellos. También los niños. Lo que no ocurría hace dos décadas. Muchos de estos contaminnates son disruptores endocrinos (imitadores de hormonas) o pueden ser cancérigenos.

Las moléculas tóxicas externas que afectan al organismo pueden tener muy diversas procedencias:

  • Tóxicos consumidos: tabaco, alcohol, drogas, algunos fármacos, algunos aditivos…
  • Moléculas tóxicas producidas en la manipulación de los alimentos. Los procesados: térmico, deshidratación, irradiación, ionización, curado…, la cocción: fritos, tostados, horneados, asados, brasas, parrillas muy hecho…, y el almacenaje en determinadas condiciones; transforman proteínas, carbohidratos, grasas y aceites en unas moléculas  extrañas y tóxicas para el organismo. Además de eliminar las enzimas de los alimentos y reducir los micronutrientes básicos. Los alimentos con carbohidratos (glucosa, fructosa, almidón…) como: cereales, patata…, cuando se calientan a más de 120º y con poca humedad se produce acrilamina que es tóxico para el sistema nervioso y cancerígeno. Es el caso de: patatas fritas de bolsa (el que más contiene), patatas fritas caseras, cereales para desayuno, aperitivos salados, palomitas y aperitivos de maíz, panes industrializados, galletas de todo tipo, crackers, bollería, pastelería, pan crujiente, pan tostado, corteza oscurecida del pan, muchos chocolates, café torrefacto, sucedáneos del café, ciruelas pasas, puré de ciruelas, algunos alimentos para bebés… También se forma acrilamina por un mecanismo distinto en: frutos secos y semillas tostados, crema de cacahuete, aceitunas negras, alimentos en polvo (incluido café y cacao), alimentos procesados, fritos, horneados y tostados, especialmente si adquieren un color oscuro.
  • Contaminantes de los alimentos. Los tóxicos por contaminación industrial como metales tóxicos (mercurio, cadmio…), dioxinas y PCB; pesticidas y abonos; residuos de fármacos y hormonas; tóxicos de materiales de envases de plástico, latas y utensilios de cocina (antiadherentes…), como el bisfenol A (BFA) y los ftalatos; los tóxicos que migran de los recipientes de plástico calentados o con alimentos calientes, los microplásticos de los alimentos marinos…Disruptores endocrinos (bisfenol A, triclosan, parabenos…) en la mayoría de pescados y mariscos.  Algunos aditivos añadidos a los alimentos procesados, almacenados, precocinados, congelados y envasados. También el cloro del agua de grifo.
  • Contaminantes de productos para el cuidado personal. Parabenos (conservantes), ftalatos, triclosan, DEA, derivados del petróleo, bloqueadores solares, mercurio, plomo, aluminio… son tóxicos comunes en los productos utilizados: para la piel, los ojos, los labios y las uñas, como desodorantes y antitranspirantes, antes y después del afeitado, como cosméticos capilares incluidos los tintes, en perfumería, para la higiene bucal y dental, en el bronceado y la protección solar, como depilatorio y para el aseo corporal (jabones, champú, aceites…).
  • Contaminantes ambientales. Exteriores como los tóxicos e irritantes de: combustión de vehículos, transporte marítimo y aéreo, industrias… Interiores como: productos de limpieza químicos (lejía, salfumán, amoniaco…), retardantes de fuego, plaguicidas para insectos, productos de oficina (cartuchos, toner, solventes, papel térmico…), ambientadores, incienso, velas perfumadas, quemadores de aceites, fragancias, emanaciones de diversos materiales y aparatos como los tóxicos que liberan muchas pinturas, barnices, colas de los muebles, aglomerados, fotocopiadoras… Burbuja de contaminación atmosférica de las ciudades, puertos y aeropuertos: dióxido de nitrógeno, ozono troposférico, dióxido de azufre…
  • Metales incorporados al cuerpo, mediante: amalgamas dentales, implantes, prótesis, tatuajes, piercings…
  • Efecto combinado de estas sustancias químicas exógenas. Cada sustancia por separado puede no sobrepasar el límite considerado seguro. Sin embargo, la acción tóxica proviene del efecto aditivo y sinérgico de varias sustancias químicas de muy diversas procedencias.

Exceso de radiaciones

Las radiaciones son ondas o partículas que pueden ser emitidas por aparatos y también desde el subsuelo.

  • Torres de telecomunicación: radio, televisión, telefonía móvil y todo tipo de telecomunicaciones.
  • Antenas de telefonía móvil.
  • Teléfono inalámbrico, principalmente cuando el teléfono no está conectado.
  • Móviles, principalmente en contacto o muy cerca del cuerpo.
  • Tecnología wi-fi. Routers.
  • Medidores digitales “inteligentes” de gas y de electricidad.
  • Tendidos eléctricos y telefónicos aéreos y subterráneos, cableados internos… Redes eléctricas de los núcleos urbanos.
  • Radio despertador eléctrico.
  • Aparatos eléctricos de todo tipo: transformadores, lámparas con transformadores incorporados, electrodomésticos, televisor, acumuladores, mantas eléctricas…
  • Equipos informáticos y electrónicos.
  • Algunos sistemas de iluminación. Contaminación lumínica, especialmente las tonalidades azules que emiten las pantallas móviles, tabletas, ordenadores… y el led. Las farolas con luz led blanco incorporado en muchos municipios.
  • Tecnología de microondas.
  • Tomas de tierra incorrectas.
  • Aparatos médicos para diagnóstico y tratamiento.
  • Gas radón en el interior de edificios. Gas radiactivo que emana del subsuelo y penetra en el interior de los edificios, principalmente en plantas bajas y sótanos. Se inhala, afecta más al pulmón y es cancerígeno.
  • Puntos geopáticos, o lugares donde las emisiones de radiaciones desde el subsuelo pueden dañar la salud, por fallas y cavidades geológicas, corrientes de agua, concentraciones de minerales.

Si sospecha estar expuesto a una importante contaminación electromagnética o radioactiva, actualmente es posible medir los niveles de radiaciones y de gas radón en el domicilio y lugar de trabajo.

Contaminación acústica

Exposición prolongada diurna o nocturna a niveles de ruido excesivos: ambiente laboral, tráfico rodado, música de fondo, auriculares…, frecuentemente sin ser muy consciente la persona.

Actividad física inadecuada

El ejercicio físico puede ser inadecuado por diversos motivos como:

  • Falta de actividad física en general.
  • Permanecer sentado muchas horas seguidas o totales al día.
  • No practicar ejercicio de refuerzo muscular.
  • Realizar poco ejercicio aeróbico: andar a paso ligero, correr, nadar, bicicleta, bailar…
  • Practicar ejercicio aeróbico intenso en horario de tarde-noche.
  • Practicar un exceso de ejercicio.

Sueño no reparador

La falta de sueño reparador puede ser por diferentes causas como:

  • La dificultad para conciliar o mantener el sueño.
  • Un sueño de mala calidad.
  • El exceso de sueño durante el día.
  • Los cambios de horario de sueño.

Factores estresantes y emocionales

Situaciones persitentes que causan tensión psíquica y alteración del estado psíquico en:

  • la familia,
  • el trabajo, los estudios,
  • el grupo, o
  • el entorno físico, como el ruido o el espacio reducido.

Situaciones pasadas o presentes que conducen a:

  • unas emociones negativas no resueltas como: ansiedad, agresividad, ira, resentimiento, miedo, angustia, preocupación, tristeza, pena, melancolía, abatimiento, culpabilidad…,
  • una actitud negativa que implica no mostrar afecto por las personas, y no ser amable, cariñoso ni compasivo;

que considero factores causales capaces de afectar la estructura del cerebro, la bioquímica del organismo y la producción de moléculas proinflamatorias.

Clima y factores climáticos

La humedad y la presión atmosférica, así como, la latitud, altitud y localización del lugar de residencia también son factores externos a tener en cuenta en muy diversas patologías.

Todos estos factores externos son responsables de las alteraciones bioquímicas y microbiológicas causales: niveles alterados de micronutrientes, enzimas y fibras, exceso de moléculas tóxicas, afectación de la microbiota del cuerpo… y colonización frecuente por agentes infecciosos, con un exceso de oxidación-inflamación en el organismo que conducirá a la alteración de la estructura y función de órganos específicos con inflamación local, con su nombre correspondiente de proceso patológico o enfermedad.

Resumiendo, la enfermedad aparece y persiste debido a:

  1. alteraciones genéticas + factores externos.
  2. alteraciones bioquímicas y microbiológicas con exceso de oxidación-inflamación general. 
  3. alteración de la estructura y función de órganos específicos con inflamación local – enfermedad persistente.

Una vez detectados los factores causales, puede actuarse sobre ellos mediante aportes nutricionales adecuados y cambiando hábitos, con el fin de corregir las alteraciones bioquímicas y microbiológicas causales relacionadas con el proceso crónico.