Exceso de peso y exceso de grasa

El exceso de grasa abdominal es la primera y más frecuente de las patologías crónicas.

Lo importante no es el peso de la persona sino la cantidad y localización de su grasa (tejido graso o adiposo), distinguiéndose dos tipos de grasa:

  • Grasa abdominal o visceral.
  • Grasa subcutánea.

Grasa abdominal o visceral

Es la grasa situada en la cavidad abdominal, debajo de los músculos y alrededor de sus órganos: hígado, riñones, páncreas, tubo digestivo…, que ocasiona un abdomen abombado, más o menos duro al tacto. El exceso de grasa abdominal o visceral se considera una patología crónica que se asocia a otras patologías crónicas por ser, además de un depósito de energía, un órgano muy activo que produce hormonas como los estrógenos, manda sustancias tóxicas a la sangre e implica un exceso de inflamación en el organismo.

La grasa abdominal se correlaciona bien con el parámetro Perímetro de la Cintura (PC), que es la medida de la cintura en centímetros (cm), en su punto más estrecho entre el reborde de las costillas inferiores y el borde superior del hueso de la cadera. Medido en ayunas por la mañana, de pie y erguido, con la espalda recta pero sin hundir el abdomen.

  • Perímetro de cintura normal: < 94 cm en el hombre y < 80 cm en la mujer.
  • Perímetro de cintura límite: perímetro de cintura entre 94 y 102 cm en el hombre, y entre 80 y 88 cm en la mujer. Indica un cierto exceso de grasa abdominal o visceral.
  • Perímetro de cintura patológico u obesidad abdominal: perímetro de cintura > 102 cm en el hombre y > 88 cm en la mujer. Indica un importante exceso de grasa abdominal o visceral.

Grasa subcutánea

Es la grasa situada entre la piel y los músculos, blanda, que se palpa justo bajo la piel y tiende a acumularse más en caderas y nalgas, pudiéndose acumular también en el tejido subcutáneo del abdomen. La grasa subcutánea es poco activa y su exceso debe ser elevado y asociarse a exceso de grasa abdominal para incrementar el riesgo de patologías crónicas.

La grasa subcutánea se correlaciona bien con el parámetro Índice de Masa Corporal (IMC), que es el peso en kilos dividido por la talla en metros al cuadrado. IMC = peso (Kg) / (talla (m) x talla (m)). Ejemplo: Si su peso es de 80 kilos y su talla de 1,60 metros, multiplique: 1,60 x 1,60 = 2,56. Dividir: 80 / 2,56 = 31,25. El IMC será de 31,25. Debe medirlo por la mañana, en ayunas.

  • Delgado o peso inferior al normal: IMC inferior a 18. Indica una baja cantidad de grasa subcutánea.
  • Peso normal: IMC entre 18 y 25. Indica una cantidad normal de grasa subcutánea.
  • Sobrepeso: IMC superior a 25 hasta 30. Indica un exceso moderado de grasa subcutánea.
  • Obesidad: IMC superior a 30. Indica un exceso intenso de grasa subcutánea.

Sin embargo, utilizar únicamente el IMC es poco útil en la práctica debido a que el peso depende de muchos factores como son el sexo, la edad y las cantidades de grasa, músculo, hueso y agua de la persona, y no es un parámetro fiable por si solo para conocer el estado de salud ni el riesgo de padecer patologías crónicas. Además, una persona puede sentirse gorda con un IMC de 24,5 y otra sentirse muy bien con un IMC de 29.

A mayor edad, tener un poco más de grasa es “normal” e incluso “saludable”, y un IMC de 26 o 27 en mayores de 60 años no debería considerarse un parámetro de salud alterado.

En cuanto a la grasa corporal, una persona puede presentar cualquiera de las variantes y grados posibles: baja grasa subcutánea y exceso moderado de grasa abdominal, normal grasa subcutánea y exceso intenso de grasa abdominal, exceso intenso de grasa subcutánea y abdominal, etc. Es frecuente ver a personas con aspecto aparentemente normal, incluso con peso “correcto” o bajo, y un exceso de grasa abdominal, como también ver a personas con sobrepeso u obesidad (según la clasificación habitual) y sin exceso de grasa abdominal.

Por tanto, lo realmente útil en la práctica es conocer y controlar de una forma conjunta y simple la grasa abdominal y subcutánea de la persona mediante el PC (cintura) y el IMC. Sobre todo con el PC, siendo tanto más importante reducirlo cuanto más y peores sean los procesos patológicos que padece.

Para ayudar a las personas con enfermedades crónicas es más útil medir y controlar la cintura que el peso.