¿Qué es el gluten?

Es una sustancia pegajosa, formada por proteínas, que se encuentra en muchos cereales como: trigo, cebada, centeno, avena, espelta, kamut… También se encuentra agregado en muy diversos alimentos procesados como: pasteles, galletas, quesos fundidos, helados, embutidos, bebidas malteadas, golosinas… El trigo actual puede contener hasta 40 veces más de gluten que el de hace 50 años, debido a las nuevas cepas de trigo, con propiedades muy distintas de las cepas antiguas.

El gluten causa un efecto placentero y adictivo, y puede ocasionar síntomas de abstinencia. Popularmente estas personas serían “carboadictas”.

¿Qué es la intolerancia o sensibilidad al gluten?

Es una respuesta inmunitaria anormal al gluten en personas predispuestas genéticamente. Causa reacciones inflamatorias en los tejidos no solo del intestino, sino también en la gran mayoría de órganos, incluyendo piel, aparato respiratorio y especialmente el cerebro. Además de afectar la barrera intestinal, el gluten afecta la barrera hematoencefálica, que es la barrera entre los vasos sanguíneos y el sistema nervioso central, cuya función es también la de evitar el paso de tóxicos y permitir el de micronutrientes.

El gluten está formado por muchas proteínas y cualquiera puede causar intolerancia o sensibilidad. En las pruebas habituales de intolerancia o pruebas de celiaquía solo se estudian determinadas proteínas. La incidencia de sensibilidad al gluten en las poblaciones occidentales es mucho más elevada de lo que nos muestran las estadísticas de “celíacos”. Además del gluten, los cereales actuales contienen muchas otras proteínas que también pueden desencadenar reacciones inflamatorias.

Síntomas y trastornos.

El gluten y otras proteínas de los cereales son estimulantes de la inflamación que, en las personas sensibles, aumentan la oxidación y reducen la capacidad antioxidante-antiinflamatoria del organismo por reducir antioxidantes como el glutatión y micronutrientes básicos. También afecta la microbiota intestinal (flora intestinal).

El gluten y muchas proteínas de los cereales, especialmente del trigo, son estimulantes de la inflamación en la gran mayoría de personas con enfermedades crónicas.

En mi experiencia clínica, suprimiendo el gluten he visto mejorar síntomas y trastornos tan diversos como:

  • exceso de grasa abdominal, retención de líquido, fatiga muscular-cansancio, rigidez muscular, opresión torácica y dificultad al respirar, trastornos respiratorios, mareo e inestabilidad, dificultad para concentrarse, falta de memoria, trastornos de espectro autista, trastorno obsesivo-compulsivo, dificultades para el aprendizaje, dificultad para concentrarse, hiperactividad, ansiedad, depresión, dolor de cabeza, ansiedad por alimentos dulces, insomnio, movimientos involuntarios y tics, deposiciones blandas, estreñimiento, hinchazón abdominal, dolor abdominal, digestión lenta, ardor y reflujo, úlceras y ampollas en la boca, dolores musculares, dolores articulares, trastornos cutáneos, picor…

La gran mayoría de personas que presentan trastornos de los mencionados desconocen su sensibilidad al gluten, se les practican numerosas pruebas y, a menudo,  son diagnosticados de enfermedades que en realidad no padecen.

En la práctica clínica, es frecuente ver trastornos y enfermedades de muy diversos tipos, incluso con pocos síntomas digestivos, que mejoran al suprimir el trigo o el gluten.

Cuando se opta por suprimir únicamente el trigo, se puede tomar pan y pasta de espelta y kamut en cantidad moderada. 

Perfil y frecuencia de las personas con sensibilidad al gluten.

La sensibilidad al gluten es tan elevada en las poblaciones occidentales porque dicha sensibilidad aumenta cuando la persona toma muchos azúcares, o lácteos, o tóxicos, o fármacos antiinflamatorios, o le faltan enzimas digestivos, o presenta alteraciones de la microbiota intestinal… Entonces se afecta la permeabilidad intestinal y diversas proteínas atraviesan la pared intestinal, incrementándose las sensibilidades alimentarias.

Una mayoría de personas sensibles al gluten son también sensibles a los lácteos.

Todos podríamos ser sensibles al gluten cuando la permeabilidad intestinal está afectada por factores externos, es decir, cuando el paso de sustancias a través de la barrera intestinal está aumentado y descontrolado. Lo que ocurre en la gran mayoría de personas con enfermedades crónicas y tratamientos farmacológicos prolongados.

En el artículo de este blog Descubra la Clasificación Funcional de los Alimentos CFA, en la categoría “Alimentos y enfermedad crónica”, puede descargar un PDF que le permite buscar cada alimento para conocer su: contenido en nutrientes, contenido en detonantes de la enfermedad y acción favorable o desfavorable.

No tomando alimentos con trigo en las comidas habituales: pan, pasta, bollería, galletas, cereales para desayuno… ayuda a controlar la inflamación y a detener los procesos crónicos. Las pautas de alimentación básica del Método Dr. Cardona contienen alimentos sin trigo.

© 2017 Dr. F. Cardona