La influencia del ejercicio físico en el desarrollo y la evolución de la gran mayoría de enfermedades es cada vez más evidente, en los estudios y en la experiencia clínica.

Como ya he comentado en otras ocasiones, el origen o causa del desarrollo de las enfermedades persistentes de difícil curación reside principalmente en:

  • la insuficiencia y el desequilibrio de micronutrientes básicos en las células y el exceso de tóxicos.
  • la falta de oxígeno en las células.
  • la inflamación de bajo grado, sistémica (por todo el cuerpo) y silenciosa (da pocos síntomas),
  • la insuficiente energía celular producida por las mitocondrias (orgánulos o “motores” de las células).
  • la alteración del sistema inmune.
  • la capacidad insuficiente del organismo para reparar y regenerar los tejidos y órganos dañados.

La falta de ejercicio empeora la evolución de las personas con procesos crónicos por incrementar la tendencia a que se produzcan en el organismo muchas de estas mismas alteraciones causales de enfermedad: mala oxigenación celular, inflamación crónica, reducción de la energía celular, alteración del sistema inmune y menor capacidad de reparación de los tejidos.

Beneficios de la actividad física regular en las personas con patologías crónicas

El ejercicio regular adecuado:

  • aumenta la oxigenación celular,
  • incrementa el número de mitocondrias y la energía celular,
  • reduce el exceso de inflamación,
  • fortalece el sistema inmunológico
  • potencia la capacidad de reparación y regeneración tisular.

La actividad física regular no solo aumenta la capacidad de esfuerzo y el bienestar general, sino que es necesaria para mejorar la expresión de los genes responsables de enfermedades, las hormonas, el metabolismo, la masa muscular y la grasa corporal. Un programa de actividades físicas también es capaz de mejorar los ritmos biológicos del cuerpo, el estado psíquico (incluido el estado de ánimo), las capacidades cognitivas (incluida la memoria) y la función cardiorespiratoria, además de reducir  la mortalidad.

En las personas con enfermedades crónicas de todo tipo, incluídas las cardíacas, respiratorias, neurológicas, autoinmunes y cancerosas, la evolución de sus procesos patológicos y de la calidad de vida es más favorable estando activos físicamente y siguiendo un programa de ejercicio.

¿Muscular o aeróbico? ¿Qué tipo de ejercicio es conveniente?

La respuesta al ejercicio es distinta en función de nuestra genética y hay personas que, teóricamente, deberían responder mejor a ejercicios de refuerzo muscular y otras a ejercicios de tipo aeróbico. Sin embargo, en la práctica toda persona necesita realizar los dos tipos de ejercicio y serán factores como la edad, la enfermedad, las limitaciones físicas y psíquicas y las posibilidades económicas, los que nos marcarán el programa de actividad física.

En realidad, las actividades físicas que consiguen los mayores beneficios en toda persona con procesos crónicos son moverse frecuentemente y el refuerzo muscular. Por tanto, estas son las actividades físicas imprescindibles para cualquier persona, especialmente cuando le resulta difícil practicar ejercicio aeróbico: andar rápido, correr, nadar, deporte… por diferentes motivos.

El sedentarismo aumenta el riesgo de patologías crónicas
Está demostrado que el permanecer sentado mucho tiempo aumenta la tendencia a la inflamación y el riesgo de padecer patologías crónicas: hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer…, al tiempo que aumenta la tendencia al exceso de grasa corporal y dificulta la pérdida de peso. El riesgo es tanto mayor cuantas más horas al día seguidas y también totales esté la persona sin levantarse, independientemente de las pautas de actividad física o deporte que realice. El nivel de riesgo y el tipo de patología también dependen de la predisposición genética y de los demás factores externos: alimentación, micronutrientes básicos, tóxicos, radiaciones, sueño y factores estresantes.

Recomendaciones principales

  1. Levantarse a menudo. Es tan o más necesario y efectivo para una buena función cardiovascular y metabólica como el andar. No debería permanecer sentado más de 1 a 2 horas seguidas, levántese unos minutos y ande un poco, o movilice los brazos, o estírese.
  2. Utilice lo menos posible el coche y transporte público. Ande diariamente para: ir al trabajo, los recados, las compras, las visitas…, suba escaleras, o simplemente camine. Si está muy limitado: muévase por su domicilio, utilice un caminador o aparato adecuado para usted… pero no permanezca horas sentado.
  3. Ejercicio para todos. Cualquier persona, sea cual sea su grado de limitación y enfermedad, necesita el refuerzo adecuado de su musculatura para mejorar la expresión de los genes que le predisponen a patologías, prevenir y mejorar la evolución de dichas patologías y tener una calidad de vida aceptable.

Los próximos artículos del blog están dedicados al refuerzo muscular y al ejercicio aeróbico terapéuticos.

© 2017 Dr. F. Cardona