Extracto del artículo

El problema del cáncer es en parte genético, pero podemos conseguir que los genes responsables se activen o inhiban (expresen) más favorablemente (epigenoma) para la persona.

La insuficiencia de micronutrientes y el exceso de moléculas proinflamatorias y tóxicas, son los principales factores bioquímicos que influyen en la expresión genética. Y actualmente ya es posible corregir muchas de estas alteraciones.

Otros factores externos que influyen en la expresión desfavorable de genes responsables son el estrés, las emociones negativas, la falta de actividad física y el sueño no reparador, además de la infección por patógenos como los virus, a menudo como factor coadyuvante.

La mayoría de las mutaciones genéticas observadas en las células cancerosas son adquiridas y es posible actuar sobre ellas mediante la alimentación y la terapia micronutricional.

———————————————

El problema del cáncer es en parte genético, porque tener una combinación de genes que predisponen a que las células se transformen en cancerosas (genes responsables) juega un papel importante en que se manifieste el cáncer en una persona. Aunque no es el principal problema en la gran mayoría de afectados por la enfermedad.

No podemos cambiar los genes (genoma) de la persona y que deje de ser vulnerable al cáncer, pero si podemos conseguir que los genes responsables se activen o inhiban (expresen) más favorablemente (epigenoma). Esto se consigue modificando los cambios genéticos adquiridos al actuar sobre los factores bioquímicos de riesgo. Es decir, corrigiendo los desequilibrios micronutricionales y el exceso de moléculas proinflamatorias y tóxicas se puede influir decisivamente en cómo se expresan los genes responsables del cáncer.

La insuficiencia de micronutrientes y el exceso de moléculas proinflamatorias y tóxicas, son los principales factores bioquímicos que influyen en la expresión genética, más que cualquier otro factor. Insuficiencia de micronutrientes no significa únicamente falta de nutrientes de la alimentación, que puede ser adecuada y proporcionar los metabolitos iniciales necesarios. Significa también no disponer de suficientes metabolitos nutricionales activos intermedios y finales, siendo todavía más frecuente dicha insuficiencia. Es decir, puede haber micronutrientes iniciales suficientes, pero faltar metabolitos activos de estos por inhibición de enzimas de sus rutas metabólicas debido a muy diversas causas: genética, tóxica, energética…, o bien, por aumento de las necesidades. Y estos metabolitos tienen una influencia decisiva en cómo se expresarán los genes responsables del cáncer. Por ejemplo, metabolitos activos de la vitamina D pueden aumentar la expresión de genes protectores del cáncer que están inhibidos.

Por otro lado, los niveles óptimos de micronutrientes básicos tienen un papel clave en la prevención y reversión de mutaciones genéticas adquiridas, y en los procesos de reparación del ADN. Hasta tal punto son clave dichos niveles, que cuando son reducidos no es posible el control de la enfermedad a largo plazo.

Por tanto, mediante la clínica y diversos parámetros analíticos, se averiguan el mayor número posible de insuficiencias de metabolitos activos para poder aportarlos mediante los conjuntos adecuados de micronutrientes activos. Así es como, junto a la reducción de moléculas tóxicas, se puede influir favorablemente en la parte genética del cáncer. El método Dr. Cardona aporta el conjunto de  micronutrientes y metabolitos activos básicos, pero a menudo es necesario completar dicho aporte con otros nutrientes más específicos para la persona.

El estrés, los pensamientos y las emociones son factores externos a destacar por la gran influencia en la expresión favorable y desfavorable de genes responsables, por mecanismos explicados en otro apartado.

Otros factores externos que influyen en la expresión de genes responsables son la falta de actividad física y el sueño no reparador, además de la infección por patógenos como los virus, a menudo como factor coadyuvante.

Lo habitual en una persona con cáncer es que coincidan factores genéticos con factores bioquímicos de riesgo, a menudo estos últimos no conocidos ni averiguados. Una persona con componente genético de cáncer y sin la influencia de factores bioquímicos, es difícil que padezca cáncer. También una persona con factores bioquímicos y sin genes responsables es raro que padezca cáncer, aunque coma mal, reciba tóxicos y sufra emociones negativas. Tienen que coincidir ambos tipos de factores, y cuantos más bioquímicos y externos encontremos, probablemente menor sea el componente genético y más eficaz será la aplicación de medicina micronutricional. Pero también será menor la respuesta al tratamiento oncológico convencional si no se corrigen las causas. Recordemos aquí que las mutaciones (cambios en los genes) encontradas en los estudios genéticos de la persona con cáncer son propias y adquiridas, y se desconocen cómo influyen en ellas los factores bioquímicos y externos, por lo que el riesgo genético podría ser inferior al diagnosticado por estudios genéticos cuando se controlan dichos factores.

La mayoría de las mutaciones genéticas observadas en las células cancerosas son adquiridas y es posible actuar sobre ellas mediante la alimentación y la terapia micronutricional. Lejos del pensamiento inicial en el que se consideraba la práctica imposibilidad de cambiar el destino de nuestros genes, en la actualidad sabemos que el estilo de vida, la alimentación y los micronutrientes actúan sobre nuestros genes, tanto para bien como para mal.