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Los estudios y la experiencia clínica demuestran cada vez más el papel de los micronutrientes y sus metabolitos activos en las personas con procesos patológicos de larga evolución, presentando un desequilibrio de los micronutrientes básicos, insuficiencia de unos micronutrientes específicos y exceso de otros.

Los metabolitos nutricionales pueden sintetizarse en el cuerpo en condiciones normales, pero no bajo la influencia de ciertos factores genéticos (polimorfismos genéticos) y externos frecuentes en la población (tóxicos, estrés…), o en un estado de inflamación crónica. Diferentes personas con la misma ingesta de alimentos pueden tener niveles de micronutrientes en sangre y tejidos completamente distintos.

Muchos trastornos y enfermedades etiquetados con un nombre, son en realidad insuficiencias micronutricionales asociadas a un exceso de moléculas proinflamatorias-tóxicas, y cuando se consigue aportar los metabolitos clave y reducir dichas moléculas, se curan parcial o por completo, al darse las condiciones óptimas para la reparación y regeneración de los tejidos dañados.

La medicina micronutricional se basa en aportar conjuntos de micronutrientes que forman parte de propio organismo pero que faltan o están en desequilibrio en los trastornos y enfermedades, lo que significa curar cuando se logra.

Los micronutrientes deberían investigarse y aportarse en conjuntos y no aislados, o será difícil avanzar en medicina micronutricional.  

El método Dr. Cardona aporta el conjunto completo de micronutrientes básicos.

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Los estudios y la experiencia clínica demuestran cada vez más el papel de los micronutrientes y sus metabolitos activos en los procesos patológicos de larga evolución. La inhibición o activación de enzimas metabólicas por polimorfismos genéticos, alimentación inadecuada, tóxicos, radiaciones, infección, estrés…, reduce los niveles de dichos metabolitos o aumenta su necesidad, afectando la producción de energía y a determinadas vías metabólicas celulares, dando lugar a síntomas y disfunciones que presenta el paciente. Los niveles de micronutrientes iniciales de las vías metabólicas pueden ser suficientes, pero sus metabolitos activos ser insuficientes para una adecuada función mitocondrial y celular, debido a la inhibición de su síntesis o la activación de su degradación.

Cuando hay insuficientes niveles de micronutrientes en tejidos, no solo influyen las ingestas inadecuadas sino también en gran medida otros factores frecuentes en la población como:

  • variantes genéticas (polimorfismos genéticos) comunes,
  • condiciones ambientales como la contaminación y las radiaciones,
  • interacciones con antinutrientes (compuestos que interfieren en la absorción) de las matrices de alimentos,
  • toma de fármacos y
  • mayor demanda metabólica por pérdida de líquidos, secuestro por el tejido adiposo, inflamación crónica… etc.

Por tanto, diferentes personas con la misma ingesta de alimentos pueden tener niveles de micronutrientes en sangre y tejidos completamente distintos.

Veamos algunos ejemplos del papel de los micronutrientes activos en patologías. Las personas con patologías persistentes presentan un desequilibrio de los micronutrientes básicos, insuficiencia de unos micronutrientes específicos y exceso de otros.

En muchas personas con enfermedades crónicas la ingesta de vitaminas B en las formas habituales puede ser correcta. Sin embargo, ser insuficientes los niveles en tejidos de sus coenzimas clave (formas activas) del metabolismo celular y mitocondrial: coenzima NAD (de la B3), coenzima FAD (de la B2) y coenzima A (de la B5).

En el exceso de inflamación crónica asociada a enfermedades, la ingesta de ácidos grasos omegas esenciales LA y ALA también puede ser correcta. Sin embargo, los niveles de sus metabolitos activos EPA, DHA y DGLA ser insuficiente.

Así mismo, pueden ser insuficientes otros metabolitos activos como, por ejemplo:

  • calcidiol o calcitriol, metabolitos del colecalciferol (vit D3), en osteoporosis e insuficiencia renal,
  • menaquinonas (vit K2), producidas por la microbiota intestinal, en osteoporosis y calcificación arterial,
  • metilfolato, metabolito del ácido fólico (vit B9), en algunos trastornos neuropsiquiátricos,
  • dibencozida, metabolito de la cianocobalamina (vit B12), en esclerosis múltiple,
  • metilcobalamina, metabolito de la cianocobalamina (vit B12), en algunos procesos neurológicos,
  • 5-HTP, metabolito del triptófano, y L-Dopa, metabolito de la tirosina, en depresión, movimientos involuntarios,
  • acido butírico, producido por la microbiota intestinal, en enfermedades intestinales,
  • betahidroxibutirato, cuerpo cetónico de la acetil-CoA, en diversos trastornos metabólicos,
  • N-acetil-glucosamina, metabolito de la glucosamina y glucosa, en enfermedades autoinmunes,
  • alpha GPC, de la fosfatidilcolina, en trastornos cognitivos,
  • melatonina, metabolito del triptófano, en insomnio,
  • pregnenolone, metabolito del colesterol, en hipofunción suprarrenal,
  • glutatión, del glutámico, cisteína y glicina, en enfermedad hepática y respiratoria crónicas, infecciones víricas y bacterianas…, etc.

También ocurre que micronutrientes semiesenciales tienen una síntesis endógena insuficiente para cubrir la demanda, como ocurre a menudo con:

  • carnitina en insuficiencia cardiaca,
  • cisteína en enfermedades neurodegenerativas,
  • glicina en enfermedades degenerativas y también en la esquizofrenia, al ser deficiente en esta patología la enzima serina hidroximetiltransferasa que cataliza la síntesis de glicina a partir de serina, y resulta que el requerimiento de síntesis endógena de glicina está entre 10 y 50 veces la cantidad ingerida con la dieta, siendo todavía mayor si la dieta contiene poca carne y pescado,
  • GABA en la ansiedad y en la depresión asociada a ansiedad,

Por otro lado, hay micronutrientes cuyos niveles pueden ser excesivos, como ocurre por ejemplo con:

  • glucosa en diabetes, Alzheimer y cáncer,
  • fructosa en esteatosis hepática,
  • ácido glutámico y glutamato en epilepsia, esquizofrenia, migraña, fibromialgia, cáncer,
  • acido palmítico en enfermedad cardiovascular, cáncer.

Muchos de los micronutrientes y sus metabolitos insuficientes pueden aportarse por vía oral en clínica, otros todavía no disponemos de la forma adecuada. Aunque con algunos si es posible aportar combinaciones eficaces de precursores, como ocurre cuando deseamos incrementar los niveles del NAD mitocondrial, que podemos hacerlo mediante sus precursores.

Debe tenerse siempre en cuenta que todos los micronutrientes y sus rutas metabólicas están completamente interrelacionados entre sí, siendo las deficiencias múltiples y no solo aisladas.

Los metabolitos micronutricionales pueden sintetizarse en el cuerpo en condiciones normales, pero no bajo la influencia de ciertos factores externos y genéticos, o en un estado de inflamación crónica junto con estrés oxidativo. Muchas enfermedades etiquetadas con un nombre, son en realidad insuficiencias micronutricionales asociadas a un exceso de moléculas proinflamatorias-tóxicas, y cuando se consigue aportar los metabolitos clave y reducir dichas moléculas perjudiciales, se curan parcial o por completo, al darse las condiciones óptimas para la reparación y regeneración de los tejidos dañados.

Pero no basta con aportar la combinación micronutricional clave para la persona, también es necesario controlar los factores externos causantes del desequilibrio y tener siempre presente la microbiota del cuerpo y al sistema inmune. La alimentación, el sueño, la actividad física, el estrés y el estado emocional son de gran importancia.

En la gran mayoría de síntomas, trastornos y enfermedades persistentes que padecemos, están implicados unos niveles insuficientes de metabolitos micronutricionales. Puede no faltar el nutriente en su forma habitual (vitamina, ácido graso, aminoácido…), pero si alguno de sus metabolitos activos al no poder realizar su conversión, por inhibición de las enzimas necesarias, debido a alteraciones genéticas comunes, o estrés, o déficit de otro nutriente, o debido a moléculas proinflamatorias, o radiaciones… Y la falta de estos metabolitos activos “pone en marcha” los genes que nos predisponen a patologías específicas, y ocasiona los síntomas. Así, por ejemplo, puede no faltarnos vitamina B3 ni ácidos grasos ALA y LA, pero si sus metabolitos activos NAD, EPA, DHA y DGLA, por inhibición de las enzimas que los producen, ocasionando falta de energía y exceso de inflamación en el corazón o cerebro, dependiendo de nuestros genes, conduciéndonos a una insuficiencia cardiaca o a una demencia.

Aportando vitamina B3, ALA y LA conseguiremos poco, administrando fármacos podemos atenuar síntomas, pero solo lograremos la remisión del proceso aportando los metabolitos activos insuficientes, o bien, precursores como son NR, SDA y GLA. Esto es la medicina micronutricional, con un gran avance en los últimos años en conocimientos sobre los metabolitos que podemos suministrar al paciente: moléculas del propio organismo que precisa para mejorar sus capacidades antioxidante-antiinflamatoria, energética y de reparación-regeneración en tejidos y órganos.

La medicina micronutricional se basa en aportar conjuntos de moléculas del propio organismo que faltan o están desequilibrados, lo que significa la posibilidad de curar cuando se logra. Visión muy distinta a la de la medicina farmacológica, cuyo cometido es aportar moléculas extrañas al organismo, que actúen sobre receptores y proteínas para provocar efectos específicos (reducir dolor o ansiedad, bajar presión arterial o glucemia, dilatar bronquios…), pero no pueden curar y si provocar efectos dañinos, aunque su papel es muy necesario en medicina.

Los micronutrientes deberían estudiarse y aportarse en conjuntos y no de forma aislada. Puede investigarse el papel y las acciones de un metabolito nutricional en el organismo para conocerlo mejor, pero realizar estudios del efecto de un solo micronutriente en una patología no es lo adecuado. Necesita de su conjunto de micronutrientes para ejercer sus acciones biológicas. Aportándolos aislados o a dosis no fisiológicas puede desequilibrar el estado micronutricional, dando un resultado y unas conclusiones de los estudios desfavorables.

Los investigadores, médicos y terapeutas no deberían ver a los micronutrientes de forma aislada o será muy difícil avanzar en medicina micronutricional. Mejor no administrar solo vitamina C, o solo calcidiol (vit D), o solo calcio y vit D, o solo B1, B6 y B12, o solo B12, o solo magnesio, o solo potasio, o solo hierro, o solo omega 3 EPA y DHA, o solo omega 6 LA y GLA, o solo triptófano, o solo tirosina, o solo BCAA, o solo carnitina… etc. Así se afectan negativamente las rutas del metabolismo celular. Es fundamental dejar de proceder de este modo y dar conjuntos micronutricionales. Lo óptimo sería aportar el conjunto de micronutrientes básicos de base y añadir los que completen su acción.

El método Dr. Cardona aporta en conjunto completo de micronutrientes básicos.