Extracto del artículo

El sistema inmune de las personas con cáncer frecuentemente está debilitado y también bloqueado para poder hacer frente a la enfermedad. Un sistema inmune en buenas condiciones es imprescindible para evitar y superar un cáncer, y también para eliminar los microorganismos frecuentemente implicados.

El sistema inmune tiene un papel fundamental en el cáncer y puede alterarse por muy diversas causas comunes como son: factores genéticos, niveles en tejidos de micronutrientes básicos insuficientes y desequilibrados, sistemas enzimáticos digestivos y metabólicos insuficientes, microbiota alterada, actividad física inadecuada, sueño no reparador, estrés, depresión y emociones negativas.

Las células cancerosas y los tumores desarrollan mecanismos de escape para evitar la acción del sistema inmune.

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Un sistema inmune en buenas condiciones es imprescindible para evitar y superar un cáncer, y también para eliminar los microorganismos frecuentemente implicados. 

El sistema inmunitario es el sistema de defensa que dispone el organismo para hacer frente a los microorganismos (virus, bacterias…) patógenos, pero también para eliminar a las células que se han transformado en cancerosas, evitando la formación de tumores y su avance. Es común que se produzcan células cancerosas e, incluso, que se formen microtumores en las personas, pero el sistema inmune los elimina. Las células del sistema inmune (linfocitos T y NK o células asesinas) buscan y distinguen entre células normales y anormales (con alteraciones genéticas y celulares no propias), y una vez detectadas las anormales estas son atacadas y destruidas.

También cuando el proceso tumoral ha logrado iniciarse, si no crece o entra en remisión, es porque el sistema inmunitario mata más células cancerosas de las que se forman. Incluso cuando ya se han formado metástasis, un buen sistema inmune puede ser capaz de eliminarlas.

Los cánceres microscópicos, con células que proliferan y otras que mueren en equilibrio, los presentan en diferentes órganos (mama, próstata, tiroides…) la gran mayoría de personas en edad media y avanzada, sin que se manifiesten clínicamente. El que dichos tumores crezcan y se manifiesten depende del sistema inmunitario y del microambiente tumoral con su vascularización o angiogénesis.

 El sistema inmune tiene un papel fundamental en el cáncer y puede alterarse por muy diversas causas comunes como son:

  • Factores genéticos que predisponen a determinadas alteraciones del sistema inmune. Mutaciones genéticas propias que junto a determinadas combinaciones de defectos genéticos y a mutaciones genéticas adquiridas, también son responsables de la manifestación y expansión de un cáncer, aunque su expresión está muy influenciada por los factores bioquímicos y factores externos causales mencionados a continuación.
  • Niveles en tejidos de micronutrientes básicos insuficientes y desequilibrados: vitaminas en forma activa (A, D, E, K1, K2, grupo B), colina, inositol, minerales (magnesio, calcio, zinc, selenio…), coenzima Q10, ácido R-lipoico, ácidos grasos activos omega 6 (GLA, DGLA) y omega 3 (ALA, EPA, DHA) y aminoácidos esenciales y semiesenciales. Es la “materia prima” necesaria para mantener los distintos componentes del sistema inmunitario en buenas condiciones. También otros micronutrientes y sus metabolitos no tan básicos pueden influir decisivamente en la eficacia del sistema inmunitario.
  • Sistemas enzimáticos digestivos y metabólicos insuficientes, esencial para el sistema inmune y para todos los procesos fisiológicos del organismo.
  • Microbiota alterada: bacterias, virus, hongos…, del cuerpo, especialmente la microbiota intestinal (“flora intestinal”), pero también la microbiota cutánea y la de boca, fosas nasales, vagina, uretra y otros tejidos; con gran influencia en el sistema inmunitario. La microbiota del cuerpo interacciona con el sistema inmune y cuando se altera el equilibrio microbiano causa un gran efecto sobre la salud. Las personas con cáncer, especialmente del tubo digestivo, cavidad bucal, cuello uterino y piel, presentan frecuentemente alteraciones de la microbiota, con tipos de bacterias y microorganismos desfavorables que no deberían estar en el tejido afectado, influyendo en el crecimiento tumoral y las metástasis. Algunos de estos microorganismos viajan con las células tumorales y participan en la formación de un microambiente que favorece el crecimiento y expansión del cáncer. La microbiota de la persona influye en la efectividad del tratamiento con inmunoterapia, hasta el punto que tomar antibióticos previamente puede reducirla. La microbiota intestinal modula la respuesta inmunitaria e influye en la evolución de la enfermedad y la respuesta a los tratamientos aplicados. Existen bacterias favorables (probióticos) que estimulan el sistema inmune y otras que lo “frenan” cuando esta sobrestimulado.
  • Actividad física inadecuada y sueño no reparador persistentes, de gran influencia en el sistema inmune.
  • Estrés, depresión y emociones negativas persistentes no expresadas mediante palabras ni resueltas como: ansiedad, agresividad, ira, resentimiento, miedo, angustia, preocupación, tristeza, pena, melancolía, abatimiento, culpabilidad…
  • Fármacos muy diversos: antibióticos, antivíricos, corticoides, quimioterapia, inmunosupresores…

Las células cancerosas y los tumores desarrollan mecanismos de escape para evitar la acción del sistema inmune. El microambiente tumoral que rodea al tumor puede llegar a ser como una fortaleza que protege a las células cancerosas de ser atacadas por el sistema inmune. Algunos metabolitos aumentados de las células cancerosas y del microambiente tumoral inhiben la acción antitumoral de las células inmunitarias. Los tumores levantan barreras que dificultan la entrada de células inmunitarias, incluso pueden producir inmunosupresores potentes. Las células tumorales pueden utilizar unas moléculas para “esconderse” del sistema inmune.  Los tumores son capaces de inhibir la respuesta antitumoral del sistema inmunitario actuando en diferentes fases.

El sistema inmune de las personas con cáncer frecuentemente está debilitado y también bloqueado para poder hacer frente a la enfermedad.